jueves, septiembre 07, 2006

Dia 0: Barcelona-Milán-Narita

Qué lejos está Japón!

3:30 am. Suena el despertador. Creo que nunca me he despertado tan despierto. Era el dia. Después de muchos meses esperando por fin llegó la hora. El vuelo salia a las 12:00 am de Barcelona con escala en Milan, pero decidimos despertarnos muy pronto para dormir alrededor de las 20:00 y sobrellevar el jetlag. Encendí el ordenador y escribí un último post en Bitácora Chicharrín antes de partir. A las 9:30 era la hora de quedar con el resto de gente, un total de 5 españoles y una madrileña :) que nos disponíamos a dejar durante 10 dias nuestro pais por el de nuestros sueños...por lo menos el mio!

Llegamos al aeropuerto, nos pusimos a la cola para facturar las maletas y ya empezábamos a ver algún que otro rostro nipón. Estámos supercontentos, llenos de optimismo, con unas ganas locas de llegar a un pais con una cultura tan difente y pornernos ciegos a sushi, ni el mismísimo Dicaprio rebosaba tanta felicidad a bordo del Titanic...yo quería hacer lo mismo en el morro del Boing 747 de camino a Japón! Claro, tanta felicidad se tuvo que ver truncada por el retraso a causa de una avería del avión. Cómo solo teníamos una 1:15 en Milán para hacer el transfer tenía todos los números de quedarnos una noche en Italia...yo quería quemar al puto Dicaprio y al mismísimo Titanic si cabe! He de reconocer que el qué peor lo llevaba era yo, no paraba de mirar la pantalla con el letrerito”DELAYED”

El vuelo salió con una hora de retraso, pero al fín despegamos. Llegamos a Milán y cómo no, nos tuvieron esperando dentro del avión unos 10 minutos. Ya dábamos por perdido el avión con destino a Narita. En cuánto pisamos tierra salimos pitando por el aeropuerto mirando todos los letreritos como desesperados buscando información de Alitalia. Cómo el vuelo llegaba con retraso por avería, en el aeropuerto de Barcelona ya nos avisaron que teníamos que volver a hacer el check in, lo cual nos haría perder más tiempo...todo empezaba a pintar muy mal! Cúando por fin encontramos la facturación de Alitalia le explicamos que por favor llamaran al avión para que nos esperaran, que veníamos de un vuelo con retraso etc...La simpática chica, todo hay que decir, que se esforzó en pedir por favor que nos esperaran. Por lo visto insistian que era imposible que ya habían embarcado todos. La chica nos indicó la dirección y que fuéramos echando leches hasta la puerta de embarque. Cuándo llegamos al control de la policia, había una cola inhumana....ahhh! Es que no va a salir nada bien? Tanto tiempo preparandolo para que salga un contratiempo que no esperas? Puto Dicaprio! Ni cortos ni perezosos nos colamos por debajo de las cintas piediendo por favor o a la fuerza que nos dejaran pasar que perdíamos el vuelo. Ni si quiera lo poli se atrevió a pararanos. Nos dejaron pasar y seguimos corriendo como locos por los pasillo interminables del aeropuerto de Milán. Por fin vimos la puerta de embarque y cual es nuestra sorpresa...pues que todavía había una cola de 20 o 30 japoneses que estaban por entrar en el avión...la mar de tranquilitos ellos! Con sofocos, sudores y risas entrecortadas empezamos a respirar tranquilos porque ya no se nos escapaba el avión!

Una vez más relajados entramos en el avión...el sueño continuaba. Era enorme con 3 filas de 3 asientos cada una. Cada sillón con su pantallita, eso sí igual de estrecho para las piernas que el avión de Barcelona a Milán, pero daba lo mismo, no tendríamos que quedarnos a comer pizza esa noche en Milán...

Por fin despegábamos! Dirección Japón, cuánto japones hay en Japón! Ahora era cuestión de intertar no dormir hasta las ocho de la tarde hora local y disfrutar de 12 horas de vuelo para llegar más o menos descansados a las 10 am hora japonesa.

Para comer te daban a elegir entre comida italiana, a la cual me negaba rotundamente a probar, y comida japonesa. La comida japonesa del avión vendría a ser de japonesa comoel arroz a la cubana y la paella. Después de comer me puse una peli en la pantallita y poco a poco me quede dormido. Nunca acabas de descansar bien en esos asientos, pero no se me hizo ni largo ni pesado el vuelo...supongo que era debido al éxtasis de optimismo y felicidad que sentia.

Cada vez quedaba menos. La última vez que miré el reloj estábamos a menos de una hora de Tokyo!



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