martes, octubre 03, 2006

Dia 3: Fushimi Inari y Nara

Nara y los ciervos maleantes

Con los primeros rayos de sol ya se empiezan a escuchar esas malditas chicharras llamadas semi, que a medida que se engrescan hacen un ruido i
nsoportable, el primer dia pensábamos que eran crias de cuervo. Pero da igual es hora de levantarse e ir hacia Fushimi Inari y luego a Nara. Así que nos levantamos, miramos los horarios de los trenes por internet, que era gratuito en el ryokan, salimos a desayunar y como siempre unos preferian café con leche y madalenas y el resto íbamos al tan querido super a ver que tenian ese dia. Hoy tocaba probar salmón y otro pesado que no sé cual era pero estaba de muerte y por supuesto la bebida más rara que encontramos en el lineal. Con la panza llena y los ojos achinaos cojimos dos taxis con visillo (ya era rutina) y nos dejó en la estación de Kyoto.

Ahí pasamos nuestro primer momento de apurto que por mala organización no nos entendimos y perdimos un par de trenes. No importa habían más y era temprano. Así que cogimos el tren de cercanias dirección Nara con parada Fushimi Inari, creo recordar anden 13. Es muy fácil orientarse en la estación y los paneles informativos es para lelos.

El trayecto era muy corto y en seguida llegamos a Fushimi Inari. Nada más salir de la estación te das de bruces con un gran torii de hormigón que indica la entrada al santuario shintoista. En todo el recinto se pueden ver muchas estátuas dedicadas al mensajero del dios del arroz, representado como un zorro.

Subiendo por unas escalinatas se llega hasta la entrada de famoso "tunel" de toriis, tan representativo en película Memorias de una Geisha. Estos toriis son ofrendas de familias a modo de agradecimiento. Seguimos caminando un rato por el tunel de toriis, que en algunos lugares estaban tan juntos que costaba entrar algún rayo de luz. Después de un buen rato caminando llegamos a la conclusión que allí habían demasiadas puertas toriis para digerirlas todas en un dia, así que atajamos por un caminillo y dimos un paseo por el bosque hasta llegar al punto de partida.

Cogimos de nuevo la avenida del gran torii y regresamos hasta la estación, no sin antes para en un super justo al lado para probar otras de esas bebidas que nunca sabes que sabor tiene.

40 minutillos más tarde llegamos a la estación de Nara. Preguntam
os en la oficina de turismo que estaba en la misma estación y allí nos aprovisionaron de planos del lugar. Salimos de la estación y nos dirigimos a coger una calle muy larga llenas de tiendas y restaurantes a ambos lados.

Decidimos para a comer, no sin antes mirar los escaparates para ver la oferta que ofrecian...increible pero por mucho que buscábamos la butifarra con mongetas no estaba en ningún menú. Así que decidimos comer por 1000 yenes un esquisito menú con shusi, fideos, tempura...una pasada de plato, baratísimo para la cantidad que ponian, además de que como siempre el agua y el té era gratis. El restaurante en cuestión estaba en una galeria perpendicular a la calle principal. Todo un lujo por dentro, además de ser el centro de atención entre los japoneses que muy simpáticos nos ayudaban a mezclar mediante señas los condimentos y salsas para cada comensal.

Retomamos el camino nos adentramos en el parque donde vimos una enorme padoga de cinco plantas, Kofuku-ji , esta era espectacularmente grande. El parque estaba infestado de ciervos todos ellos muy mansos. Recuerdo haber leido en el blog de S'Indiot que los ciervos estaban bastante dejados y no muy cuidados, con la piel a clapas pero cuando nosotros los vimos estaban la mar de sanos...hasta uno se nos acercó y se papeó el mapa de Nara...

Pateamos por todo el recinto dirección al gran templo budista Todai-ji donde rodaron escenas del Ultimo Emperador. Por el camino pasamos por medio de caminos plagados de farolillos de piedra por todas partes. Precisamente ese dia era la habia una fiesta en Nara e iban encender todos los farolillos. Entramos en todos los templos del parque, que haber hay unos cuantos.

Por fin y después de mucho andar llegamos a la puerta Nandai-mon, de 20 metros de altura, toda construida de madera. Hicimos la foto de rigor y la cruzamos para llegar el gran templo Todai-ji. La verdad es que no solo no defrauda losn 700yenes que creo recordar que costaba entrar, sino que te deja con la boca abierta...es enorme, también realizado en madera y eso que fue reconstruido porque se quemó. El nuevo Todai-ji es 3/4 partes del que era en realidad.

Dentro del templo está el Buda de bronce más grande del mundo, también impresionante.
Después de relajarnos un rato y ganarme el viaje al Nirvana decidimos volver por donde venimos, dando un paseo muy agradable ahora que no apretaba tanto el sol.

Como teníamos bastante tiempo hasta la hora de salida del tren de vuelta a Kyoto, decidimos bajar de nuevo cerca de la estación y poder descargar las fotos en un cd...Dicho y hecho fuimos a una tienda de revelado y en una hora y 3 euros al cambio nos hicieron una copia de las targetas de memoria. Como teníamos una horita hasta la hora de recogida, decidimos adentrarnos por unos callejones y no sé como fuimos a para a un antro con una terracita llega de japos mirando el programa de 50x15 del Sobera pero a la japonesa. Pedimos unos pinchos de cualquier cosa menos algo comestible que flotaba en una olla de caldo o agua verdosilla. La carne o lo que fuera era puro nervio. Mira que yo me lo como todo pero eso era...tieso! Bueno pues esa fue la única vez que nos sentimos medio timados en Japón; por 4 jarras de cerveza y 4 pinchos de cuero nos clavaron unos 30 eurazos al cambio!!!! Eso sí el tipo del bar era de lo más amable, sonriente y feliz que pudimos ver en Japón. De todos modos la experiencia de estar en una barra viendo el programa junto con 10 abuelos japos en pleno Nara merece la pena.

Volvimos de nuevo al parque esta vez en taxi...estábamos petaos, donde nos encontramos con Susana y Marta para despedirnos de Nara con la fiesta de los farolillos, también digno de vez.

Nara resulta ser visita obligada si se viaja a Japón y uno de los sitios donde más disfruté. Volvimos a Kyoto en tren y nos preparamos para el dia siguiente...visita al Castillo de Himeji.


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